Camiones de comida

Gracias a la baja inversión inicial, el retorno potencial elevado y la flexibilidad que ofrecen, los camiones de comida se han convertido en un negocio sólido (y muy popular). Y los camiones de comida, al igual que cualquier cocina móvil, dependen de la química para recibir sus materias primas.

Escenas de un restaurante sobre ruedas

Imaginen esta situación: Una empresaria gastronómica quiere ofrecer comida asiática con ingredientes comprados directamente a los productores. En lugar de abrir un restaurante tradicional, decide primero hacer una “prueba de manejo” de la idea… literalmente. Decide que el vehículo para la prueba será un camión de comida: un auténtico laboratorio gastronómico sobre ruedas.

Por ensayo y error, encuentra las mejores ubicaciones para aparcar y los mejores horarios para servir. También aprende que debe ofrecer a sus clientes un menú con más opciones, como un ramen miso para acompañar esas empanadillas chinas al curry. Cuando finalmente decide abrir el restaurante, ajusta el menú del camión de comida nuevamente para adaptarlo al estilo del nuevo lugar. A propósito, su camión de comida ha llegado a servir hasta 100 clientes por hora.

La industria de los camiones de comida crece a una tasa anual de 7,9 %

Sin importar las señales de tránsito, el negocio de los camiones de comida va a toda velocidad. Todos los vaivenes de la historia anterior podrían ocurrir en apenas un par de años o incluso menos. El motivo: el negocio de la gastronomía móvil, por naturaleza, ofrece a los operadores de camiones de comida mucha flexibilidad. Pueden cambiar de ubicación en segundos y pueden cambiar sus menús en días o incluso horas.

Gran parte de esta plasticidad es gracias a la química. Los utensilios de cocina con recubrimientos antiadherentes Teflon™ permiten una preparación más rápida, en tanto que los productos como el dióxido de titanio (TiO₂) Ti-Pure™ ofrecen protección superior para los ingredientes fuera del restaurante. La química brinda a los operadores de camiones de comida las opciones que necesitan para ofrecer comida al paso, desde empaques de comida más delgados para la nevera hasta colores más intensos para decorar sus vehículos.

Pasión por la velocidad

La industria de los camiones de comida tuvo cinco años de rápido crecimiento, con una tasa de aproximadamente 7,9 % anual entre 2011 y 2017.² Se trata de un negocio que puede acelerar a fondo y dar giros bruscos, sea a la hora de buscar nuevos puntos de venta o de cambiar el menú.

También se requiere velocidad en la cocina, dado que los clientes deben esperar la comida de pie al aire libre en lugar de hacerlo sentados en la comodidad de una mesa. Los recubrimientos antiadherentes Teflon™ también son de gran ayuda en este aspecto.

“Los camiones de comida (al menos los que conozco) tienen un gran volumen de clientes”, explica Christa Kaiser, gerente empresarial y comercial de Recubrimientos Teflon™ para Productos de Consumo. “En un camión de comida, hay que preparar muchas comidas y emplatarlas de forma ágil y rápida para luego enjuagar la sartén en agua caliente y limpiarla. Los recubrimientos antiadherentes Teflon™ hacen que la comida se desprenda fácilmente, lo que permite limpiar las sartenes más fácilmente”.

En un espacio tan reducido, los propietarios de camiones de comida a menudo emplean equipos compactos, como parrillas eléctricas, muchos de los cuales tienen superficies antiadherentes con recubrimientos Teflon™.

Además, para el alivio de los chefs de los camiones de comida más conocedores, los utensilios de cocina con Teflon™ no afectan la reacción de Maillard, la reacción química entre los aminoácidos y los azúcares que se reducen, hace que los alimentos se doren y les da ese sabor característico. “Hay un mito que dice que no se puede dorar y caramelizar la comida con una sartén antiadherente”, dice Kaiser. “No es cierto. Sí es cierto que, en el caso de la salsa, hay menos trocitos marrones (la carne que queda en la sartén), porque la superficie es antiadherente. Y es cierto que la caramelización lleva un poco más de tiempo. Pero ambas cosas se pueden hacer perfectamente”.

Cocinas diminutas

El tamaño de un camión de comida típico varía entre 11 y 18 metros cuadrados¹, un lugar bastante ajustado para preparar bolas de arroz. Dado que el espacio es tan reducido, los operadores de los camiones de comida deben aprovechar cada centímetro. Por suerte, la química puede ayudar a liberar algo de espacio.

“Buscamos ayudar a nuestros clientes a reducir la cantidad de material de empaque que emplean sin sacrificar el rendimiento que necesitan”, explica Alice van der Ende, Gerente de desarrollo empresarial regional, Plásticos Ti-Pure™. Eso permite hacer los contenedores más delgados sin dejar de proteger el contenido.

“Ahora, los empaques pueden ocupar menos espacio y generar menos desperdicios”, continúa van der Ende. “Normalmente, productos como la crema agria venían en contenedores en forma de taza. Ahora también vienen en bolsas plásticas que se mantienen de pie por sí solas y se pueden volver a sellar”.

El contenido de estas bolsas también está más protegido contra los rayos de luz, que pueden dañar los productos. Incluir Ti-Pure™ en los empaques bloquea la luz para evitar que dañe los alimentos, lo que ayuda a mantener su valor nutricional y prolongar la vida útil.

Colorantes para comida

Las cocinas sobre ruedas suelen pintarse con diseños llamativos y memorables que usan colores intensos. Después de todo, los camiones de comida son básicamente anuncios andantes, y los productos que se anuncian están disponibles justo allí, en el lugar.

Aquí también el TiO₂ Ti-Pure™ es de gran ayuda. El TiO₂ Ti-Pure™, que se usa en pinturas, ofrece una opacidad excepcional que hace los recubrimientos más blancos y brillantes. Además, el TiO₂ mejora la durabilidad y ayuda al producto a resistir la decoloración.

“En el Mercado de Productores de Wilmington [Delaware], todos los camiones de comida se reúnen los miércoles”, explica van der Ende. “Algunas personas ya tienen un camión de comida favorito, pero la mayoría camina por el lugar en busca de uno que llame su atención. Por eso el color y las imágenes son tan importantes”.

Y, si el propietario del camión de comida no quiere un logo permanente, al menos puede cambiar el diseño rápidamente (a diferencia de lo que ocurre en los restaurantes tradicionales, en los que las renovaciones suelen ser lentas y costosas).

Entonces, si el camión de comida asiática con ingredientes comprados directamente a los productores necesita transformarse en uno de sándwiches de Texas, el trabajo de pintura puede hacerse rápidamente, al igual que todo en la industria de los camiones de comida.

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